Mi historia
¡Hola! Bienvenida ¿cómo estás?
Mi nombre es Luana, tengo 24 años y soy apasionada por la moda.
Desde muy pequeña soñé con tener mi propia marca de ropa. A los 15 años, di mis primeros pasos en este mundo junto a mi mamá, quien me acompañó a Flores con un presupuesto de $3000. Con esa inversión, compramos algunas prendas como saquitos, remeras y poleras básicas. Mandé a hacer etiquetas, diseñé un logo en Canva, y elegí un nombre para el proyecto: Waipara Clothing.
El desafío más grande fue armar un showroom en el garage de la casa de mi abuela. Utilicé un espejo que ya tenía, compré flores artificiales en el Barrio Chino y las pegué con cinta, logrando una decoración sencilla pero con estilo. También adquirí un perchero que completé con unas 10 o 15 prendas. Saqué fotos, creé una página en Facebook e Instagram y, en teoría, tenía todo listo para comenzar. Sin embargo, por algún motivo que aún intento descifrar, decidí no seguir adelante. Quizás fue miedo o la falta de confianza que, en ese momento, me frenó.
Hoy, veo ese momento como una experiencia de aprendizaje. No me arrepiento, porque estoy convencida de que cada cosa sucede por una razón y que la vida siempre ofrece segundas oportunidades.
Ahora, ocho años después, decidí apostar nuevamente por mi sueño. Esta vez, con más experiencia, determinación y las ganas de dar lo mejor de mí. Mi marca conserva la esencia inicial, pero con un nuevo branding, un logo renovado y, por supuesto, piezas diseñadas para ser diferentes, originales y 100% únicas. Mi objetivo es ofrecerte no solo prendas de calidad, sino también una experiencia de compra excepcional, cuidando cada detalle y brindando un servicio dedicado.
Me encantaría que formes parte de este proyecto y me acompañes en este nuevo camino. Sé que será un desafío, pero también estoy convencida de que las grandes oportunidades requieren esfuerzo y determinación.
Si llegaste hasta acá, ¡GRACIAS! Espero que, además de contarte un pedacito de mí, te haya inspirado y motivado a que vos también empieces.
Con cariño,
Luana y Napolia